sábado, 26 de septiembre de 2015

Capitulo 2.4 "Una velada muy aventurera"

Tras mucho esperar llego el ansiado momento, parecía que el día no avanzaba y las clases se alargaban infinitamente. Edgar y yo nos seguimos recuperando de nuestras moretones y Darius tardara en curarse y no solo físicamente. Ser humillado por una mujer a vista de todos no entraba en su universo. Ahora anda cabizbajo y con las manos en los bolsillos escondiéndose de la mirada de todos. Casi me daba pena, casi.


Hace una tarde maravillosa y pongo mi mejor cara. Reconozco que dude antes de tocar el timbre pero al abrirse la puerta y aparecer... un gato negro.


-Howie, perdona este sinvergüenza es Azrael. Nuestro gato.-Anabelle me mira mientras coge suavemente al gato y lo desliza hacia el interior de la vivienda.


-Es... es precioso.-balbuceo ante sus ojos.

-Pero pasa, pasa. Que tonta soy. Ja,jaja....-en ella aflora una risa nerviosa.-No quiero que estés toda la tarde en el porche.

Un olor delicioso invade la estancia y al entrar al salón una mesa llena de bocadillos, zumos y pastelillos. Edgar aparece presidiendo la mesa, se levanta rápidamente y viene hacia a mi con una gran sonrisa. Me abraza como si fuésemos viejos amigos.

-Vaya, tienes mejor cara que yo. Ja,ja,ja. La verdad que ese matón se llevo lo suyo. No sabia a quien se enfrentaba. Pero sentemonos y charlemos.

La velada transcurre rápida y el tiempo pasa en un suspiro quizas demasiado. Descubro que los padres de mis amigos casi nunca están en casa.

-Nuestro padre David trabaja en la construcción y casi siempre esta de reformas con sus hermanos que tienen una empresa. Viajando de aquí para allá. Y nuestra madre Eliza es actriz.

-Vaya sois una familia curiosa.-comento perplejo

-Para curiosa la historia de nuestro gato.-Anabelle me mira absorta.

Mi curiosidad hace que solo tenga atención para ella. Por un instante creo  ver un rubor en sus mejillas que desaparece al momento.

-Mi padre reformo esta casa, tiro las paredes y la hizo nueva. Recuerdo que antes de empezar a tirarlas no hacia mas que oír maullidos de gato. Estuvimos buscando por todas partes. Pensábamos que habría alguna camada o que algún gatito estaría atrapado. Pero nada mas lejos de la realidad. Continuo con la obra y al tirar una de las paredes apareció Azrael. ¿Como llego?Es un misterio.-A su lado el felino recibe las suaves caricias de su ama y yo permanezco muerto de envidia oyendo la historia.


-¿Y tu que? ¿Que hacen tus padres?

Me quedo mudo. Y suspiro.

-Bueno mi padre Winfield es arqueologo. Y mi madre Sarah murió cuando yo era niño.


Mis amigos compungidos me miran

-Lo siento, Howie.

-La echo mucho de menos. Pero yo también tengo una historia misteriosa que contar.

Cuatro ojos expectantes me miran.

-Mi padre esta investigando un descubrimiento muy extraño. Aquí en Frovidence.

-Cuenta, cuenta.-grita Anabelle.

-Nos tienes en ascuas.-dice Edgar.

-Ha sido en la vieja iglesia estaban reparando la sacristía y han encontrado unas raras baldosas con textos desconocidos puede que incluso haya algo debajo.


-¿Un tesoro romano?.exclama Edgar.

-Una tumba de un rico noble.-dice Anabelle.

-Pues no lo se todavía, esta sellada.-digo apesadumbrado.

-¿Porque no vamos y lo descubrimos?.-Anabelle expectante.

-¿Como?. Necesitamos material y permisos. No se puede entrar a la ligera.-justifico ante tal desproposito.

-¿Que tal mañana por la noche? Estudiamos el lugar por la tarde y vemos que necesitamos.-dice Anabelle decidida. Y nos mira como si fuese una sentencia firme.

A mi me parecía la mayor locura.-digo desesperado con un hilo de voz.

-Imaginate para tu padre serias el digno sucesor. El mayor descubrimiento de la historia de la arqueologia hecha por ti, Howie.

Anabelle decía las cosas de tal manera que me hacia sentir importante.

-Tienes razón. Sera nuestro secreto. Mirare si mi padre tiene planos de la iglesia.

-Bien mañana vente a comer a casa y preparamos todo.

-Chicos y chica. ¡Vamos a hacer historia!



Continuara...