sábado, 12 de septiembre de 2015

Capitulo 2.3 "Bienvenida"

Winfield ando tranquilamente y se quedo mirando la iglesia de estilo gótico, el uso del arco ojival y las elevadas bóvedas de crucería que desplazan su peso mediante los arbotantes, el predominio de los vanos sobre los muros, que permiten los grandes rosetones, la altura de la aguja central y la posición central del trasepto le maravillaban. No entendía como semejante genialidad había sido posible con unos medios tan austeros. Tan absorto estaba que no vio venir al religioso. Se puso a su lado y le dijo:

-¿Hermosa, verdad?

Winfield sorprendido se sonrojo y contesto.

-Sin duda, es preciosa. Perdón, soy Winfield Phillips, el arqueologo.

El hombre extendió su mano sonriente.

-Y yo el padre Justin Welby, mucho gusto. Pero no nos quedemos aquí como un par de pasmarotes. Pasemos dentro y veamos lo que tiene que ofrecer esta joya.


Una vez dentro el silencio y la semioscuridad sumían a los devotos en el mas absoluto recogimiento. El hombre observo una gran nave central y ambos lados diversos retablos de santos y vírgenes. Hacia la mitad sendos púlpitos esperaban el momento para dar el sermón. Y al fondo el altar. El olor a incienso y cera quemada inundaba el recinto.


-La verdad ha sido una sorpresa para todos, estábamos reparando el suelo de la sacristía y de pronto ha aparecido ese descubrimiento.-comento Justin con paso suave y manos entrelazadas.- Perdone creo que le estoy aburriendo, lo mejor es mostrárselo


Antes de llegar al altar se santiguaron ambos hombres y dirigieron una pequeña oración. En un lateral del presbiterio una pequeña puerta daba a la sacristía. Winfield observo que era larga y ancha. De gran tamaño pero solo tenia algunos muebles de uso diario y útiles de la iglesia. Sobre la mitad se veía como se había levantado el suelo y apilado en un rincón los viejos azulejos. Para la seguridad varios bancos servían de limite para no que no hubiese accidentes. Winfield se acerco curioso y traspaso los asientos. Saco una pequeña lupa de su bolsillo y observo sorprendido mientras pasaba delicadamante la mano por la superficie del suelo.

-Es fascinante.

Cerca suyo el párroco lo miraba sin pasar del seguro lugar en el  que se hallaba.

-¿El que?

-Son inscripciones apenas visibles, si no pones atención. Pero jamas he visto algo igual. Son como rayas y puntos mezclado con símbolos pero no de una cultura conocida.

Siguió andando y observando hasta que paro de pronto.

-¡Cielo santo! Aquí no hay nada escrito.

-¿Que quiere decir?

-Cabe la posibilidad que los textos sean un aviso, una oración o instrucciones pero si en esta zona no hay nada.-Mientras hablaba señalaba el lugar.- Quiere decir que la entrada es esta.

-¿La entrada? ¿Que entrada? ¿A donde?

-Eso es lo que vamos a averiguar.-señala Winfield con pose orgullosa.





Mientras en otro lugar Howard se dirige al colegio donde va a empezar su clases. Es el colegio SHELDONIAN el típico colegio de ladrillos rojos. Escudo en la puerta y ventanas con pequeñas terrazas. Todo ello rematado con dos imponente torres. Aunque no creáis por dentro las clases son viejas habitaciones de paredes despintadas, pupitres viejos y ruidosos con profesores que deben tener la misma edad que la escuela.


Entramos todos en tropel antes de que llegase el profesor. Los castigos son la orden del día y si no estas en tu sitio con todo listo ya tienes otro falta. Aunque mas que a esos avisos hay otro asunto peor y se llama Darius Boild, un enorme matón. El terror de las clases. Todo lo que tiene de fuerte le falta de intelecto.

-Hola, larguirucho.

Si ese soy yo. Larguirucho. Bueno no es un mal mote os aseguro que hay otros mucho peores y realmente tampoco miente.


Darius para mi desgracia esta sentado detrás mio. Con esa horrible voz simiesca siento el cálido aliento en mi nunca cada vez que habla.

Por suerte nuestro amado profesor es puntual. Además hay dos nuevos mayor razón para ser mas exigente con los horarios empezando por uno mismo.

Todos nos levantamos y saludamos al profesor.

-¡Buenos días, señor profesor! Dios le guarde muchos años

Con gesto enérgico nos ordena que nos sentemos.

-Esta bien, esta bien. Ahora sentaros y atender un momento. Hoy tenemos dos nuevos alumnos como podéis comprobar. Vienen de Maltimore y se han instalado hace poco en Frovidence.


Os presento al señor Edgar Poe y a la señorita Anabelle, su hermana.


Levante la vista para curiosear por las nuevas victimas de Darius. Y el tiempo se paro...

Una ninfa de ojos verdes había bajado al mundo terrenal.

-Diles algo, larguirucho... Ja,ja,ja.


Como siempre Darius tenia la capacidad de romper cualquier encantamiento. La curiosidad de ella hizo que sus ojos se clavasen en los mios al mismo tiempo que sus labios hacían un suave mohín mostrándose divertida por la situación a la vez que mi rostro iba tomando un tono carmesí.

-Yo, yo... os doy la bienvenida en nombre de mis compañeros y del colegio

SHELDONIAN.

En ese instante un enorme manotazo en mi espalda me corta la respiración

-Así se habla, charlatán... Ja, ja, ja


Darius algún día ajustaremos cuentas.


-Gracias señor Phillips por su cálida recepción espero que entre todos consigamos que nuestros nuevos alumnos se sientan pronto como en casa.


Y así siguió la jornada hasta que llego el recreo. Momento donde las bestias campan a sus anchas haciendo todo tipo de maldades y ahí entra Darius. Es su momento favorito y es el rey. Me imaginaba la situación pero uno de sus deportes favoritos es probar a los nuevos si son una amenaza para el o simplemente otros de sus siervos.


Yo por casualidad andaba tras Anabelle a cierta distancia. Pero para Darius las distancias son una molestia y decidió ir a darle su particular saludo.


Y parece ser que no le gusto porque la instante su hermano un tipo medio bajito y moreno de porte algo rechoncho se interponía entre el matón y su hermana. Y por su actitud no era muy amigable con los  brazos dispuestos a sacudir a quien fuese. Darius se abalanzo sobre el pobre muchacho y empezó a golpearle sin perdón. No pude mas y me abalance sobre Darius colgándome como si fuese un pesado collar. El grandullón se distrajo y Edgar empezó a castigar el cuerpo de su enemigo. Darius se libero de mi como si fuese una pluma y sentí todo el castigo de su fuerza al caer al suelo. A duras penas me levante mientras el pobre Edgar con la cara castigada volvía a caer al suelo. Otra vez mi cuerpo se estrellaba contra el suelo. Ambos moribundos intentábamos levantarnos cuando vimos como Darius iba a por su trofeo. Anabelle plantada sin inmutarse veía como se acercaba la fiera.

-Bueno muñeca, tenemos una conversación pendiente.

Solo me quedaba rezar por su alma. Y de repente Darius se vino abajo.


Roto de dolor y encogido.

-Que sea la ultima vez que tocas a mi hermano y a su amigo.

-¡¡Esa es mi chicaa...!!!-dijo Darius balbuceando.

-Maldito idiota.-contesto Anabelle y se alejo para ayudar a su hermano.

¿Amigo? Pero ni siquiera nos hemos presentado. Mientras me levantaba mire al exterior. Un hombre alto, delgado y calvo de fino bigote nos observaba interesado.


-Oye, Howard...-me dijo una dulce voz.


Cuando volví a buscar al hombre calvo. Ya no estaba. Había desaparecido.

-¿Estas bien?.-sus enormes ojos verdes me fusilaban.

-Si, esto no es nada. Si me llegas a ver hace una semana.

Un muchacho medio magullado llego con sangre y la mano abierta.

-Me llamo Poe, Edgar Poe. Gracias por tu ayuda.

-Yo soy Phillips, Howard Phillips. Es un placer conocerte.

-Ya veo que conoces a mi hermana Anabelle, es el chico de la familia. Ja, ja,ja.

-Lo tendré en cuente para la próxima vez.-mientras digo esto sigo perdido en su mirada. Es la primera vez que una heroína me salva del villano. Y me gusta.

Anabelle se quedo mirándonos a los dos.

-Creo que lo mejor seria mañana invitarte a merendar a casa y así conocernos todos mejor. Con buenas meriendas se hacen grandes amigos.

-Es una idea estupenda, Anabelle. ¿Te apuntas, Howard?

Estaba dudando mi respuesta cuando Anabelle me cogió del brazo y dijo:

-Howie no puede faltar es el invitado de honor. A las seis, sin falta.

Howie eso suena mejor que larguirucho.

Y así fue como estrechando nuestras manos en señal de amistad dio comienzo a la leyenda.





-¡Howard, lo he conseguido!

-¡Ahh!

El susto fue mayúsculo nada mas entrar en casa mi padre me asalto con un abrazo de oso. Tantas emociones en un día iban a acabar conmigo.

-¿De que hablas? ¿Que has conseguido?


Mi padre me puso en antecedentes y me contó con todo detalle los avances de su investigación.


-Mama estaría orgullosa, papa. Buenas noches.


Lo dejo con sus triunfos mientras subo a mi habitación. Mañana es el gran día, yo también necesito un éxito en mi aventura. Ni siquiera ha preguntado por las secuelas que tengo en mi cara tras el incidente del colegio. Desde la muerte de mi madre, mi padre se ha encerrado tanto en su trabajo que a veces pienso que no existo para el.

Continuara...